Historias de la radio Historias de la radio
Inés Luna: "Era un tesoro tener radio, era la compañía de la
familia"
Inés Frantz de Luna nació el 27 de mayo de 1944
en colonia "La Luisa", Gral.Conesa. Conduce el programa radial más antiguo de la localidad llamado "Vivencias de mi pueblo" que se
emite los sábados de 10 a 12 horas. Desde 1989 comenzó a recopilar la historia oral
y escrita de la localidad a través de extensas charlas con antiguos pobladores.
En 1996 fundó el periódico
local "El puente" que continúa editando y ha difundido la historia
del lugar en distintos medios escritos bajo el título de "Vivencias de mi
gente".
En esta entrevista nos cuenta sus recuerdos de la infancia con la radio para finalmente llevarnos a sus orígenes como conductora de un programa radial que lleva en el aire más de 28 años consecutivos.
¿Cuándo era
pequeña, escuchaba radio? ¿Qué recuerdos tiene de la radio en su infancia?
Yo
era muy chiquita cuando mi papá compró la radio, tendría unos 5 o 6 años, esos
son los recuerdos que tengo. A mi papá le gustaba mucho la música y a mi mamá mucho las novelas. A pesar de ser una
familia de escasos recursos la radio estaba. Era una radio grandotota que tenía
un acumulador y se abastecía de un molinito y, si no había viento no cargaba. Cuidábamos
mucho que no se descargara la batería. Mi madre solía apagar la radio para que
no se termine la batería en su horario
sagrado, que eran las 3 tarde cuando emitían la novela de Javier Risso, de Bahía
Blanca. Mi papá escuchaba los noticieros y como amaba la música, también
escuchaba “La Glostora Tango Club”. Se escuchaban las emisoras nacionales como:
Radio Belgrano y Radio Nacional.
¿Qué significaba tener una radio por ese
entonces? ¿Cuál es el recuerdo más significativo que tiene en relación con la
radio?
Tener
una radio era un privilegio, los vecinos que no tenían radio hacían kilómetros
para venir a escuchar algún evento especial como cuando hablaba un presidente.
El
recuerdo más lindo que tengo es de las fechas patrias. Mi papá era alemán pero
más argentino que el mate; era muy patriota por lo tanto en las fechas patrias
nos hacía parar junto a la radio y cantar el himno nacional acompañándola. Era
hermoso, desentonaba mucho pero era hermoso cómo todos cantábamos el himno un
25 de Mayo. Era la única manera de escuchar el himno. Mi papá cantaba con mucho
patriotismo y ese sentimiento es lo que heredé de él. Tenía un gran sentido de
pertenencia por Argentina habiendo venido de su tierra natal a los 13 años. La
radio nos daba la oportunidad de escuchar la música típica, el tango el
folclore, la buena música de esos tiempos. Nos hacía compañía.
¿Cuál fue la noticia que más la impactó
escuchar de niña?
La
noticia que más nos golpeó a todos fue la muerte de Eva Duarte de Perón. Evita
era un sentimiento nacional; a pesar de la política, era una figura
representativa, los chicos la queríamos mucho. Imagínate que éramos de hogares
humildes, de zapatillas con los dedos afuera; por lo tanto; el significado que
tuvo para nosotros recibir el primer juguete, la primera muñeca en nombre de
Evita, era muy fuerte. Ella fue más allá de la política. Sentimos que habíamos
perdido a alguien muy importante en nuestras vidas.
¿Tenía un programa radial favorito?
Mi
programa favorito eran las radio novelas. Me gustaría mucho hacer una radionovela,
es mi asignatura pendiente. Con mamá esperábamos las 3 de la tarde con mucho
entusiasmo para escuchar las historias de amor. Era muy divertido cómo cada uno
construía cada personaje con su
imaginación, la radio ayudaba a nuestra creatividad, el relator describía la
protagonista pero nosotros la armábamos a nuestro parecer.
¿Cómo evolucionó su relación con la
radio? ¿Cómo llegó de adulta a tener su programa radial “Vivencias”?
Yo
fui madre de tiempo completo, hasta que mi hijo menor cumplió 13 años, ahí
comenzó a sobrarme el tiempo. Tenía 43 años. Siempre fui medio metiche pero
siempre ama de casa, a mi marido no le
gustaba que trabajara, eran esas ideas torcidas que tenía la gente de antes
porque está muy bien trabajar.
Oscar
Villarreal, que era un maestro y supervisor que vivía en la localidad, tenía un
programa que se llamaba “Reliquias de mi pueblo” en Radio Municipal. Un día
escuché que entrevistaba personas de Conesa; cuando dieron el número de
teléfono, llamé desde el fijo de mi casa para ofrecerle la historia del Barrio
Villa Arana, mi barrio. Entonces Oscar me dice: “¿quiere salir al aire?- “No!”-le
respondí yo. “¿Y venir hasta acá?” -dijo él- “Mucho menos” –respondí yo-.” “¿Y
si nosotros vamos a sus casa?” –insistió-. A lo que yo le respondí: “desde mi fortín, lo que quiera”, era mi casa
mi lugar seguro.
Oscar
vino tres veces a casa por mis historias. La primera historia fue la de mi
barrio pero hubo más para contar. Cada vez que yo le contaba algo el volvía a
invitarme a ir a la radio, como yo continuaba negada, él se iba y en su
programa decía: “…dice la señora Inés Luna….” Y relataba mis anécdotas. Todos
los sábados Oscar tenía una historia mía para contar. Hasta que una vez me
pregunta quienes eran mis padres, y ahí me di cuenta que tenía mucho para
contar y que era yo en persona quién debía hacerlo.
Por
lo tanto, ya algo más decidida a ir primero debía consultarlo con mi esposo e
hijos. En la mesa les digo que Oscar insiste en que fuera a la radio y la
verdad es que yo estaba tentada, sentía
mucha curiosidad, no tenía idea de cómo funcionaba o era una radio por dentro.
Entonces pregunto y mi hijo me dice: “¡mamá! ¿A qué vas a ir, a pasar vergüenza?”
Y mi hija me dice: “¿vos escuchaste a fulana hablar en radio?” Y yo le digo que
sí. “¿Y no te animas a hacerlo mejor?”, me pregunta. “Si, seguramente hija!” le
dije…_”Entonces andá mamá”, me dijo ella y mi marido no se opuso.
Fui
ese sábado a la radio, muy tensa y nerviosa, veía el micrófono como un monstruo,
empecé a contar cosas y la charla se fue dando, era la cuarta vez q me
entrevistaba Oscar. A los 20 minutos me había enamorado de la radio. Entre
nerviosa y salí segura, feliz. Me volvieron a invitar cada sábado y un día Oscar
me dice que se iba de vacaciones por un mes y me propone quedar a cargo del
programa por ese tiempo. Mi condición
fue que me acompañe “Guigui[1]”. Entonces salí al aire sola. Cuando finalizó el programa, me llamó Oscar
para decir que había escuchado el programa y que salió hermoso. Me había hecho
una trampa para que yo me animara y él
aun estaba en Conesa para escucharme. “No me equivoque Inés, la felicito” me
dijo. Cuando regresó de ese mes de vacaciones volvió con la triste noticia de
que se iba de Gral Conesa, fue así que me dejó el programa y me atreví a cambiar
parte del nombre, pasó de ser Reliquias
de mi pueblo a Vivencias, ya que
considero que reliquias se queda solo con el pasado en cambio vivencias abarca
pasado presente y futuro, que es de lo que habla el programa.
¿Qué le brindó la radio en estos años?
La
radio me trajo mucho, lo que soy puertas afuera de mi casa me lo dio la radio
por eso no la dejo; en marzo de 2017 cumpliremos 29 años consecutivos y no
concibo un sábado sin el programa. Salimos al aire hasta en Enero porque no me
tomo vacaciones.
Es
el programa más antiguo de la General Conesa y además está declarado por la
Legislatura Provincial como el Programa “Histórico cultural y radial”, más
antiguo de Río Negro. La radio también me llevó a escribir el periódico ya que vi que
Conesa no tenia historia escrita, una pena, los pueblos que no conservan su
historia no tienen rumbo.
Finalmente Inés, ¿Cómo ve la radio hoy,
la podría comparar en algún aspecto con la de sus recuerdos de la infancia?
Ahora
hay muchas radios es maravilloso podes elegir, tener audiencias variadas, hay
para todos los gustos y eso es hermoso.
Antes,
la radio era todo, su importancia la
sabemos quienes vivimos esas épocas. Ese sentimiento tan especial que produce,
era lo único que había para entretenernos en la chacra, los domingos no había
futbol. A la tardecita mi papa subía el volumen cuando carpíamos los surcos, la
sacaba afuera para que escuchemos mientras trabajábamos, era la alegría de la
casa, era algo muy importante, era más importante que hoy el televisor
Era
un tesoro tener la radio, no era fácil, no cualquiera podía tenerla entonces la
disfrutabas más.
[1] “Guigui” era el sobrenombre del señor Sabino Kucich quien trabajó
en los controles de Radio Municipal.
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