miércoles, 30 de noviembre de 2016

La radio, un motivo de reunión familiar

Jorge relata los recuerdos de la radio en su niñez, allá por la década del 40.
Por Nancy Quidenao


Fui a entrevistar a Jorge Rojo, vecino del Barrio Inalauquen de Viedma, que con 71 años recuerda con detalles y mucha emoción sus vivencias siendo  un niño en los años 50. 
Entre sus bellas historias me cuenta la primera vez que escuchó radio y lo que significó para él éste medio de comunicación.“En ese entonces tenía  aproximadamente 11 años, vivía en provincia de Buenos Aires, 25 de Mayo” relata pausadamente  “vivíamos en un pequeño rancho, en ese tiempo no habían casas grandes” agrega entre risas.

Recuerda que en ese tiempo no tenía tantos vecinos como ahora, pero aquellos que poseían una radio  compartían información con las familias que no la tenían. En su caso, después de los deberes del trabajo rural se sentaba junto a sus padres y hermanos a esperar la cena y también la transmisión de un programa radial, reflejados por la tenue luz de un farol y abrigados por el calor de una cocina a leña. “Era un lindo momento porque era una forma de pasar tiempo en familia, además el horario de la transmisión  coincidía con el horario de nuestra cena, a las 8.30”  dijo.

Jorge señala con programas que se transmitían en aquella época: La Glostora Tango Club, y los Pérez García y la radio El Mundo, en ellos espacios sonaban diferentes géneros musicales tales como tango, jazz, charlestón. También me cuenta que el programa que más le gustaba era el de los Pérez García, ya que era un programa destinado a toda la familia, donde se contaba una historia parecida a las novelas actuales.


Y así me despedí de él, quien con una grata conversación  me acompaño hasta la vereda de su casa con la esperanza de volver a ser entrevistado nuevamente y así refrescar su memoria.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Recuerdos sobre la Radio

87 años de Historia: Entrevista a José Ferreiro Otero, de Villalonga.

José Ferreiro Otero, abuelo de la localidad de Villalonga,- “la radio en su vida fue elemental porque unía la familia y la comunicación entre los distintos pueblos”- En esta entrevista, nos cuenta su historia, sus recuerdos de la radio, ligados a la familia y a su trabajo como Jefe de Estación de Ferrocarril.

¿Qué recuerdos tiene de la radio en su infancia o juventud? 
Yo nací en 1929 en la localidad de Cabildo, así que hasta que fui adolescente lo único que había era la radio. Me acuerdo que mis padres prendían la radio a la mañana y la apagaban a la noche.
Me vine a trabajar a Villalonga en el año 1967 como Jefe de Estación en el ferrocarril. La información se enviaba por telégrafo; era por línea y la señal la trasmitía la persona que estaba en la central de Bahía Blanca. En el ferrocarril recibíamos distintos  telegramas para bancos, para distintas instituciones mediante el sistema Morse. Se complicaba ya que había que aprenderse todas las letras “A” un punto,”B” tres puntos y así sucesivamente. Así que yo escuchaba y recibía todos los sonidos y telegramas hasta que después comenzó el correo, la línea nacional y la radio, por supuesto, que siempre nos acompañaba.
¿Qué escuchaba?
En Cabildo, teníamos LU2, LU3 y ahí rescatábamos toda la información, escuchábamos las novelas, era lo que había  y simplemente era lo más auténtico que había.
¿Con quienes escuchaba la radio y que sentimientos les generaba a usted y a su entorno?
Escuchar la radio era como estar en familia, como “vivir en familia”. Escuchar a los locutores te generaba ese sentimiento de familia. Me acuerdo que a mi madre le gustaba escuchar LU3 porque había un locutor que tenía “buena voz”, uno prendía la radio a la mañana y estábamos hasta la noche siguiente escuchando la radio.
¿Qué aprendió con la radio?
Uno aprende de todo, ya que estaba toda la información, tenía la información de todos los pequeños pueblos del interior ya que se comunicaban por intermedio de la radio. La radio era la informática general de la población.
¿Cuáles eran los mensajes que mandaba el gobierno?
No recuerdo bien pero eran mensajes informativos de un gobierno democrático. Por suerte, cuando yo nací en 1929, era la época de Hipólito Yrigoyen, era un gobierno radical y conservador.
Perón vino en 1945 donde hubo un cambio en la sociedad, ya que antes los gremios no tenían personería jurídica, no tenían nada y después de la revolución del 43 sacaron al Presidente Castillo, se reivindicó la parte social y se humanizó el trabajo en la época de Perón y todos esos hechos se comunicaban por la radio, ya que en esa época fue lo más esencial para la población y que todos los pueblos se informen de lo que estaba sucediendo
¿La radio le permitió conocer el país u otras culturas?
Yo lo que más escuchaba era lo nacional como Radio Belgrano, Radio del Mundo y otras de pueblos del interior. A veces transmitían noticias en “aquellas épocas” de la Segunda Guerra Mundial, creo que terminó en los años 40, no recuerdo bien pero eso me permitió darme cuenta que teníamos radios esclarecedoras en la población.

Al finalizar la entrevista, “Otero” como le decimos en el pueblo, nos siguió contando sobre su larga trayectoria en el ferrocarril, su desempeño en el Club Deportivo Villalonga y Centro de Jubilados y su relación con los medios de comunicación, una gran historia enriquecedora que nos transporta a otras épocas, donde la radio cumple una función primordial, como decía  José “la unión de los pueblos”.

lunes, 21 de noviembre de 2016

"La radio era el único contacto con el mundo"

Entrevista a Quique García y Haydeé Santacrocce.
Por Cristian Payalef

Si bien hace mas de cincuenta años que están juntos, tanto Haydeé como Quique guardan muchas historias de lo que era su vida antes de conocerse. Entre risas, galletitas y unos ricos mates, los recuerdos brotaron y nos transportamos directamente a esos años donde la radio era parte importante de su vida y representaba mucho más que una simple forma de entretenimiento. “La radio era la forma de comunicación con el mundo externo a la familia” nos cuenta Haydeé.


Una tarde no basta para contar toda una vida. Aún así, tanto Haydeé como su marido Enrique o “Quique” como todo el mundo lo conoce en Patagones, me abrieron las puertas de su casa para regalarme algunos de los momentos más valiosos e inolvidables que pasaron en compañía de la radio.
A sus 73 años, Quique recuerda con mucha nostalgia, el gran esfuerzo que significó para su familia construir la casa familiar. A la edad de 7 años, él y su familia dejaron el barrio de Parque Patricios para establecerse en San Vicente, un pequeño asentamiento a unos cuarenta kilómetros de la capital federal. “¡Una locura en aquel momento! Tomar un tren implicaba 2 horas para hacer 40 kilómetros” contaba.
Así fue como pasó parte de su niñez y adolescencia en ese lugar donde la radio significó para él, mucho más que una mera compañía.
“Mi viejo había hecho un esfuerzo muy grande y trajo un día una radio enorme con un dial enorme, grande como un cuentakilómetros de los autos ¡Impresionante! (…) Alimentada por baterías, que era típico en ese momento. La tenías que llevar a cargar a un lugar específico. No se cargaba en cualquier lugar. Nosotros teníamos un carrito y yo en el carro la llevaba a ese lugar a cargar cuando nos quedábamos sin radio”, recuerda.
Para Haydeé, las cosas fueron un tanto diferentes. Vivió sus primeros años en distintos puntos del Gran Buenos Aires, siempre dentro de un hogar donde la radio representaba el momento de reunión que compartía diariamente con sus padres y hermanas. “Y bueno, congregaba bastante a la familia. Escuchábamos programas muy familieros” dice. 
No solo recuerda a los artistas y los programas de ese momento, sino que también destaca que durante la década de los 50, no existía la cantidad de opciones que tenemos hoy en día. La oferta de emisoras radiales era muy limitada, “las radios eran El Mundo, Belgrano, Esplendid que creo que todavía existe y Radio del Pueblo”. Pero aún así señala que no faltaban opciones para todos los gustos.
“Por ejemplo, cuando era chica yo, a la tarde había algún radioteatro que escucharían mi mamá o mis tías. El radioteatro Palmolive en el Aire se llamaba. Pero nunca fui muy adicta a escuchar radioteatro. Nos peleábamos porque mamá y yo queríamos escuchar Antonio Tormo y mis hermanas querían escuchar un programa que era una historia de enfermeros y médicos que se llamaba La Doctora Lezica y que estaba a la misma hora”, nos comenta.  “Después había uno que se llamaba “Blanquita y Héctor” (“¡Que Pareja!” - LR1 Radio “El Mundo”) sobre “un matrimonio con todas las cosas que le pasaba a un matrimonio” agrega.
Pero la memoria de Haydeé no olvidó de recordar a uno de los programas más emblemáticos de la radiofonía argentina y que aún hoy sigue muy presente en el imaginario colectivo: “Había un programa que todo el país escuchaba y se llamaba Los Pérez García, ¿nunca sentiste que dicen: “tenés más problemas que los Pérez García”? Bueno, ¡Todo el mundo escuchaba ese programa! Por eso es que se hizo famoso el dicho... Era una familia que siempre tenía algún problemita, pero siempre se solucionaban. La pareja mayor, que todo el mundo la conocía, eran Sara Prósperi y Martín Zabalúa. Y bueno, tenía continuidad como cualquier radioteatro. Estaba en Radio El Mundo y era muy escuchado” dice.
Además de los radioteatros, remarca la gran cantidad de programas cómicos que había en aquella época, algunos de los cuales recuerda con cariño. “Fidel Pintos tenía un programa. Después Tato Cifuentes que hacía muchos personajes. Él cambiaba la voz cuando hacía el programa, Tatín se llamaba porque hacía de chico... Pero en el mismo programa, hacía de chico, hacía de grande, hacía de señora, hacía de tía. ¡Estaba muy bueno! Era un chileno. También Luis Sandrini tenía su horario. Lo hacía con un referente importante de los medios de comunicación: Don Antonio Carrizo.”
Por su parte Quique, aportó algunos de los programas que más disfrutaba escuchar. Como la mayoría de los argentinos, sintió la pasión por el fútbol desde muy chico y en una época muy particular para disfrutar de los partidos.
“Básicamente el acercamiento a la radio tuvo que ver con la experiencia como varón de tíos que me acercaron al fútbol. (Escuchar) El fútbol tenía que ver con tu imaginación porque el relato solía ser muy bueno, pero lo otro lo ponías vos. Imaginando la jugada y siguiendo el relato de relatores famosos que pusieron la vida en el relato periodístico. Bernardino Veira, Muñoz y tantos otros...”
Pero también menciona con nostalgia a los programas de aventura, los cuales  copaban el espacio infantil de las emisoras durante los años 50 y 60.
"Había uno que tenía que ver con Tarzán que era un héroe de la selva. Otro programa de aventuras se llamaba Poncho Negro que era un personaje que andaba a caballo con un poncho negro, ¡un justiciero con pistola en la cintura!
Con mi hermana poníamos música y nos poníamos a bailar.”
La música era algo ineludible para los jóvenes por aquellos años y los temas del momento les llegaban a través de la radio. Haydeé recuerda: “Había un programa de tango que se llamaba “El Glostora Tango Club”, duraba 15 minutos y había una orquesta en vivo, estaba Alfredo de Angelli y cantaban Julio Martelli y Carlos Dante y nos encantaba a todos.”
Al ir creciendo, comenzó a escuchar otro tipo de música y se unió a la fiebre del momento. “Ya con la adolescencia escuchábamos mucha música. En esa época empezamos con el rock cuando recién empezó a caer el rock acá. Después vino Elvis Presley. Escuchaba todos los grupos de Rock y de Jazz. Radio El Pueblo tenía un programa. Con mi hermana poníamos música y nos poníamos a bailar. Después arranco la época del folclore. Yo ya era un poquito más grande y fue un furor. Empezó a surgir con la “Zamba Angélica” y después apareció Cosquín” dice.
Quique vivía una realidad distinta. Al pertenecer a una familia protestante, debía seguir ciertos mandatos en su hogar, sin embargo no se perdió de disfrutar los géneros más tradicionales. “Como evangélicos protestantes te ponían ciertos límites. Se entendía que algunas cuestiones no tenían que ver con tu fe. No obstante escuchar el tango era regla, era norma. Escuchar folclore cuando había y la música clásica” cuenta.
“Puedo tener muchas anécdotas pero no te alcanzaría la tarde. ¡Son muchos años!”
La política, y en particular el peronismo se vivieron fuertemente a través de la radio que permitía que el mensaje pudiese llegar a todos los rincones del país. Haydeé recuerda aquellos momentos donde la radio se tornó en la mediadora entre el gobierno y el pueblo: “Mi familia era peronista, mi abuela, tíos, mi mamá... porque ellos vivieron el peronismo, no es que se los contaron, el primero y el segundo también. Un recuerdo que tengo es cuando se hacían las fiestas patrias o las fiestas del trabajo, mi abuela nos juntaba a todos y cantábamos el himno todos parados. Tenía un montón de nietos mi abuela. Eramos muchos primos. Nos juntaba alrededor de ella, por la radio sentíamos el himno y lo cantábamos. También te puedo contar: “Comunicado N°1...” cuando se venían los golpes de estado, uno atrás de otro. A través de la radio se comunicaba que habían limpiado los gobiernos. Y no limpiaron uno, limpiaron muchos. El que me acuerdo fue cuando voltearon a Perón. Después en la época de la dictadura, la censura. El dominio de las dictaduras en las radios fue tremendo. Programas cómicos eran los que más proliferaban así estabas “entretenido”. ¡Eso fue duro!”
Ya en la década de los sesenta, la llegada masiva de la TV cambió el panorama, algo que esta pareja recuerda muy bien. “La televisión fue primero inaccesible para los trabajadores. Primero tenías que tener mucho resto para comprarte un televisor.  Segundo, mucha dificultad porque tenías que tener una antena, tenías que orientarla y no veías muy bien. Era un mundo insondable para los pobres”, recuerda Quique
Haydeé agrega “Primero toda una novedad, uno quería ver. Después cuando vinimos acá (a Patagones), llegamos a tener pero vivíamos en una “nube de humo”, muy lejos, estábamos muy aislados. No llegaban las noticias. En la época de la dictadura estuvo muy controlada. Las noticias nos llegaban por los amigos. La tele desplazó a la radio pero eran todos programas shampoo en esa época”.
Finalmente, antes de terminar la charla, reflexionamos juntos sobre la actualidad de la radio en la era de las comunicaciones y el imparable avance de la tecnología. Al consultarle por un potencial fin de la radio, Haydeé contestó “La radio como aparato puede ser, pero (ahora) escuchamos la radio por Internet. Yo la escucho por Internet. Pongo el teléfono, pongo Internet y escucho la radio que me gusta escuchar a mí. Pero creo que por ahora no se la va a desplazar. Hay mucha gente que escucha la radio. Es una forma de comunicación muy importante”.

En una charla amena y cordial pudimos recuperar esos tesoros del pasado que muy gentilmente Haydeé y Quique me dejaron apreciar. Si bien el tiempo pasó volando fue enriquecedor ver como los medios van más allá de su función primaria y se convierten en testigos y a veces protagonistas de aquellos momentos inolvidables de nuestras vidas. Aquellos momentos que los más nostálgicos guardamos con cariño.

"Sin viento, no había radio"


Bernardino Sierra (66 años) recuerda cómo fue su experiencia al escuchar la radio desde su infancia en el campo, a 40km de la ciudad de Viedma: “Cuando yo era chico para escuchar la radio en el campo tenía que haber viento. Sin viento el molino no funcionaba y no se cargaba la batería. Entonces los viejos de antes se ponían a quemar plumas porque decían que eso atraía el viento”.
                   
 Por Karina Cambarieri.


Desde la cocina de su casa Bernardino recuerda con cierta emoción que la primera vez que escuchó la radio fue en una de esas pocas veces que venían al pueblo. Era una radio chiquita de corriente continua que aún conserva.  Él y su familia vivían y trabajaban en un campo a 40 km de la ciudad de Viedma,  entonces sus padres decidieron comprar una radio para instalar en el campo. “Cuando mamá y papá decidieron comprar una radio, compraron una Philips a batería. Recuerdo que fue en lo de “Destéfanis” y ese negocio tenía dos personas que se encargaban de colocar las antenas de radio en el campo y te instalaban la radio conectando la batería al molino. Había un tablerito que cada vez que la batería estaba cargada sonaba como un  ruuu…ruuuu… se cerraba el molino y entonces había que ir a desconectar la batería. Así comenzamos a escuchar radio en el campo” cuenta.

En esos años recuerda que como eran chicos, sólo escuchaban lo que sus padres decían y cuando ellos lo decidían.  En ese tiempo “se escuchaba LU2, LU7 de Bahía Blanca,… por ahí radio El Mundo” dice. También menciona que la radio no se escuchaba todo el día, existían ciertos horarios.  Recuerda que en aquellos tiempos se escuchaba música y cosas referidas al hombre de campo. Recuerda  alguna que otra  zamba, las milongas y los  estilos de una señora llamada Amalia de la Vega que eran los más escuchados. Elevando su voz, con un tono de enojo, hace una crítica a la época actual: “¡Hoy en día hay gente que ya no sabe lo que es un estilo!”.
Su madre de 92 años desde otro rincón de la cocina escucha atenta a la entrevista y aporta con sus recuerdos diciendo “También se escuchaba a Antonio Tormo y Eduardo Falú”.
Luego vuelve Bernardino con sus memorias y menciona que la radio era un instrumento muy valorado en su familia, era la única diversión que tenían para salir de esa monotonía de tener que “verse la cara el uno al otro” y además que al escuchar la radio se enteraban de cosas que sucedían acá y afuera porque en ese entonces no había diarios. Además de música y noticias recuerda algunos radioteatros en LU2 y otro como el de Javier Rizzo y Mario Mauré en LU7 de Bahía Blanca.
Comenta que los radioteatros que tenían éxito eran representados como obras, entonces se formaban grupos o compañías de actores que viajaban de pueblo en pueblo para representarlas. Luego sonríe y comenta un suceso cómico por parte de su padre: “Papá era un hombre temperamental, le gustaba que las cosas estén bien hechas y siempre defendía lo bueno. Cuando veía que había alguna injusticia hacia alguien, él siempre salía en defensa de esa persona. En los radioteatros que se escuchaban siempre había un personaje malo que hacía de las suyas, entonces él ya los conocía de haberlos escuchado por radio. Un día fuimos a ver una obra al cine San Martín (donde se representaba el radioteatro) y cuando en la obra surgió una emboscada del chino Rossedo (personaje malo)  al rubio Millán, que era el personaje bueno, ¡papá pegó un grito en la sala!  jajaja.  Se desesperó al ver esa maldad y gritó “¡guarda rubio por la espalda!” y Bernardino continuó riéndose por largo rato al recordar esa anécdota.
Otra de las cosas que vinieron a su mente fue haber escuchado por la radio el golpe militar al presidente Arturo Illia: “La radio estaba dando la información de que los aviones andaban patrullando por el rio para ver si había gente que quería ir a Buenos Aires para hacer lío”, dice.
Habiendo agotado sus recuerdos de radio, Bernardino se dirige a un depósito en el fondo de su casa y vuelve, para mi gran asombro, con dos radios antiguas que tiene muy bien conservadas. Luego me explica detalladamente cómo ellas funcionaban y cómo fueron comprando otras radios a medida que fue avanzando el tiempo. Al finalizar la entrevista posa orgullosamente con sus antiguas radios.

La radio 50 años atrás

Entrevista con Flora Cerda 
Por Johanna Cerda  

“Era una cosa tan importante la radio para el ser humano. Y el respeto que había de lo que se decía, de lo que se pedía en solidario, era… creíble”


Flora nos cuenta su experiencia en la niñez con la radio, viviendo en Maquinchao y, luego, cuando se trasladó a la Comarca con diez años.
¿Qué recuerdos tenés de la radio en tu niñez y tu adolescencia?
Un hermoso recuerdo porque eran cosas muy lindas. No todo el mundo tenía una radio y el que tenía una radio la cuidaba mucho. Por ahí, también, venían los vecinos a escuchar. Lo más hermoso eran los radioteatros porque al escucharlo nosotros del artista teníamos una imagen que, cuando lo volvíamos a conocer, ya era otra cosa. Se reunía en familia, había mate y tortas fritas, y se escuchaba los radioteatros… Era todo muy hermoso, hermoso.
¿Cómo y quién consiguió la radio que tenías en tu casa?
Cuando niña, bueno mi papá. Yo siempre quede admirada porque era una inmensa radio. Y lo otro que hacían para poder escuchar la Radio El Mundo o la radio de Chile. Porque en el sur se escuchaba mucho la radio de Chile. Hacían un trabajo artesana, se le diría; porque se ponían cables, los sacaban para fuera y se armaba una antena, que tenía ondas continuamente. Sino, el que no hacia eso no tenía onda. Así que se iban comunicando uno a otro, el que iba arreglando su aparato y todos seguían para poder escuchar.
¿Quién decidía que se escuchaba y cuándo?
Bueno quien decidía era mi papá… la tocaba él, la encendía él, la apagaba él, o mamá. Los chicos no tocaban. Había mucho orden en eso. Y a la noche los chicos no estaban, y estaban los grandes no más, con otra clase de programas… el folclore era lo más llamativo antes, las noticias y esas cosas.
¿Qué función cumplía la radio en ese entonces?   
Y si había algún problema en el pueblo, pongamos que solicitaban sangre, la radio era lo más importante. Para la gente que era del campo había un programa, en el que se comunicaban mandando mensajes como “tal día voy”, “hoy no puedo ir porque me paso tal cosa”. Era como estar ahí, ¿viste? Recibías la información y los familiares del campo se comunicaban así. Porque antes no había la movilidad que hay ahora, era a caballo o a carreta. Entonces, el que tenía su radio era la más común, mandaba un mensaje por medio de otra persona.
¿Qué diferencia notas entre el uso que se le daba a la radio en ese entonces, con su uso en la actualidad?
Uuhh… Ha cambiado mucho, ha cambiado mucho. Antes era no sé… será que teníamos nada más que eso y era una cosa tan importante la radio para el ser humano. Y el respeto que había de lo que se decía, de lo que se pedía en solidario, era… creíble. En cambio ahora se ven muchas, no te voy a decir que es mala la comunicación de ahora pero hay tantas cosas. No se prefiero lo de antes. Era más sana, tenía música de folclore, el tango, y había mucho control en los padres. En la noche los chicos a dormir y ellos escuchaban la radio hasta donde agarraban, porque muchas veces el tiempo estaba feo y no podían escuchar mucho.
¿Qué te acordás de las radios que había?
Yo era del sur, después me vine acá a vivir a Patagones y luego pase a Viedma, a los diez años. Yo recuerdo cuando salió al aire la prueba de LU15 para Viedma y Patagones, fue una inmensa alegría. ¿Sabes lo que era tener tu propia radio?  Fue una cosa muy hermosa, LU15 tuvo programas muy lindos. Tenemos el recordado Héctor Celi, que cuando vino ya lo escuchábamos de Bahía Blanca nosotros, en la radio de ahí. Cuando vino acá, ¿Sabes lo que era no? Era palabra mayor (se ríe). Los programas que tenían eran muy hermosos. Y después esa vos incomparable de kucich, que se espera siempre porque era una ¡vos! Mira que no lo conocíamos pero ya hacíamos imagen de él, de lo que era.
La Radio Nacional también se escuchaba pero no agarraba mucho. Por ahí, LU15 la enganchaba para pasar las noticias. Eso sí, el que tenía buena radio lo agarraba así no más la Radio Nacional. Y después la otra radio que se escuchaba mucho era la radio de Bahía Blanca. Esa fue una radio muy escuchada, la primera que escuchamos nosotros antes de LU15.

Porque no todos tenían esa radio para escuchar con tanto potencia. Después empezaron a salir los aparatitos chiquitos y  ya vos te ibas a cualquier lado y estabas escuchando. En cambio antes tenías que hacer rápido las cosas para agarrar el radioteatro sino… Si era otro tiempo y se vivía bien feliz, tranquilo. Orden, principalmente. Había mucho orden, mucho respeto. No sabes lo que era en ese entonces un policía. Era palabra mayor, un policía. Vos pasabas por al lado de él y lo saludabas. La maestra tanto para los padres como para los alumnos, era palabra mayor. El respeto que teníamos… cambio la vida… (Suspira) 

La radio 50 años atrás

Entrevista con Flora Cerda. 
Por Johanna Cerda

“Era una cosa tan importante la radio para el ser humano. Y el respeto que había de lo que se decía, de lo que se pedía en solidario, era… creíble”

Flora nos cuenta su experiencia en la niñez con la radio, viviendo en Maquinchao y, luego, cuando se trasladó a la Comarca con diez años.
¿Qué recuerdos tenés de la radio en tu niñez y tu adolescencia?
Un hermoso recuerdo porque eran cosas muy lindas. No todo el mundo tenía una radio y el que tenía una radio la cuidaba mucho. Por ahí, también, venían los vecinos a escuchar. Lo más hermoso eran los radioteatros porque al escucharlo nosotros del artista teníamos una imagen que, cuando lo volvíamos a conocer, ya era otra cosa. Se reunía en familia, había mate y tortas fritas, y se escuchaba los radioteatros… Era todo muy hermoso, hermoso.
¿Cómo y quién consiguió la radio que tenías en tu casa?
Cuando niña, bueno mi papá. Yo siempre quede admirada porque era una inmensa radio. Y lo otro que hacían para poder escuchar la Radio El Mundo o la radio de Chile. Porque en el sur se escuchaba mucho la radio de Chile. Hacían un trabajo artesana, se le diría; porque se ponían cables, los sacaban para fuera y se armaba una antena, que tenía ondas continuamente. Sino, el que no hacia eso no tenía onda. Así que se iban comunicando uno a otro, el que iba arreglando su aparato y todos seguían para poder escuchar.
¿Quién decidía que se escuchaba y cuándo?
Bueno quien decidía era mi papá… la tocaba él, la encendía él, la apagaba él, o mamá. Los chicos no tocaban. Había mucho orden en eso. Y a la noche los chicos no estaban, y estaban los grandes no más, con otra clase de programas… el folclore era lo más llamativo antes, las noticias y esas cosas.
¿Qué función cumplía la radio en ese entonces?   
Y si había algún problema en el pueblo, pongamos que solicitaban sangre, la radio era lo más importante. Para la gente que era del campo había un programa, en el que se comunicaban mandando mensajes como “tal día voy”, “hoy no puedo ir porque me paso tal cosa”. Era como estar ahí, ¿viste? Recibías la información y los familiares del campo se comunicaban así. Porque antes no había la movilidad que hay ahora, era a caballo o a carreta. Entonces, el que tenía su radio era la más común, mandaba un mensaje por medio de otra persona.
¿Qué diferencia notas entre el uso que se le daba a la radio en ese entonces, con su uso en la actualidad?
Uuhh… Ha cambiado mucho, ha cambiado mucho. Antes era no sé… será que teníamos nada más que eso y era una cosa tan importante la radio para el ser humano. Y el respeto que había de lo que se decía, de lo que se pedía en solidario, era… creíble. En cambio ahora se ven muchas, no te voy a decir que es mala la comunicación de ahora pero hay tantas cosas. No se prefiero lo de antes. Era más sana, tenía música de folclore, el tango, y había mucho control en los padres. En la noche los chicos a dormir y ellos escuchaban la radio hasta donde agarraban, porque muchas veces el tiempo estaba feo y no podían escuchar mucho.
¿Qué te acordás de las radios que había?
Yo era del sur, después me vine acá a vivir a Patagones y luego pase a Viedma, a los diez años. Yo recuerdo cuando salió al aire la prueba de LU15 para Viedma y Patagones, fue una inmensa alegría. ¿Sabes lo que era tener tu propia radio?  Fue una cosa muy hermosa, LU15 tuvo programas muy lindos. Tenemos el recordado Héctor Celi, que cuando vino ya lo escuchábamos de Bahía Blanca nosotros, en la radio de ahí. Cuando vino acá, ¿Sabes lo que era no? Era palabra mayor (se ríe). Los programas que tenían eran muy hermosos. Y después esa vos incomparable de kucich, que se espera siempre porque era una ¡vos! Mira que no lo conocíamos pero ya hacíamos imagen de él, de lo que era.
La Radio Nacional también se escuchaba pero no agarraba mucho. Por ahí, LU15 la enganchaba para pasar las noticias. Eso sí, el que tenía buena radio lo agarraba así no más la Radio Nacional. Y después la otra radio que se escuchaba mucho era la radio de Bahía Blanca. Esa fue una radio muy escuchada, la primera que escuchamos nosotros antes de LU15.

Porque no todos tenían esa radio para escuchar con tanto potencia. Después empezaron a salir los aparatitos chiquitos y  ya vos te ibas a cualquier lado y estabas escuchando. En cambio antes tenías que hacer rápido las cosas para agarrar el radioteatro sino… Si era otro tiempo y se vivía bien feliz, tranquilo. Orden, principalmente. Había mucho orden, mucho respeto. No sabes lo que era en ese entonces un policía. Era palabra mayor, un policía. Vos pasabas por al lado de él y lo saludabas. La maestra tanto para los padres como para los alumnos, era palabra mayor. El respeto que teníamos… cambio la vida… (Suspira) 

La radio vivida desde el campo y la ciudad

                                                                                                                           Por Ana Belén Lencina

Ana Inalaf de 69 años, vive en la capital rionegrina y nos cuenta cómo fue su experiencia con la radio a lo largo de todo este tiempo.

La radio es uno de los mayores medios masivos de comunicación en el mundo. Ana, ama de casa jubilada de Viedma, recuerda que a través de la radio pudo mantenerse informada y también comunicarse con sus familiares. Esto se debe a que ella se encontraba viviendo en el campo y era muy difícil poder enterarse de las noticias ocurridas en capital, debido a que no poseían  un teléfono para mantenerse comunicados con sus parientes que se encontraban en Viedma, “Gracias a la  radio pude estar informada y comunicarme con mi familia porque no teníamos teléfono. Íbamos a las pequeñas radios comunitarias que estaban a unos kilómetros, en Tambelen, y dejábamos en un papelito el mensaje a nuestros parientes. Esto lo hacíamos cuando pasaba alguna emergencia, por ejemplo la enfermedad de algún familiar”.
Luego de esto, expresó que la primera vez que escuchó radio era muy chica pero recuerda que su padre escuchaba las noticias referido a lo rural, también música, especialmente chamamé, tango y folclore: “Recuerdo que papá tenía una radio chiquita, que funcionaba a pilas, arriba de la mesa y siempre escuchaba música, más que nada chámame porque él tocaba el acordeón”. Agrega que en el campo era normal que se escucharan más las noticias rurales o de lugares cercanos a ellos, debido a que al vivir en el campo, poseían una radio a pilas o las pocas radios que había funcionaban con antena y por eso se escuchaba poco.
Una vez que Ana  se mudó a Viedma, comenzó a escuchar la radio más seguido: “Cuando llegué a Viedma empecé a escuchar radio más seguido porque teníamos electricidad y era más fácil tener acceso a ella. Teníamos una pequeña radio en toda la casa, arriba de una mesita, cerca de la cocina”; “nos reuníamos con mis hijos a escuchar las novelas, recuerdo con mucha emoción cuando escuchábamos la historia de Juan Moreira y Bairoletto. Nos ponía contentos poder escuchar estas novelas mientras cocinaba o hacia las cosas de la casa y mis hijos hacían sus cosas. Escuchábamos mucha música, noticias, radioteatro, novelas y también algunos programas de locutores conocidos, aunque en este momento no recuerdo sus nombres” agrega.
Uno de los aspectos más importantes de la radio es transmitir información de todas partes, Ana nos dice que en sus años en el campo solo se escuchaban noticias de lugares cercanos, a poco kilómetros, y que muy pocas veces se escuchaban noticias sobre Viedma salvo que fuera importante: “Cuando vivía en el campo me enteraba de cosas en lugares cercanos como Comicó o Los Menucos, noticias de Viedma recuerdo muy poco. Y de Buenos Aires y otras provincias del país no teníamos noticias. Esto es porque vivíamos re lejos y hasta ahora me pasa con mis parientes que tengo allá”.

Finalizando la entrevista, Ana nos relata que creció junto con la radio. No tiene muchos recuerdos, ya que era chica, pero guarda en su memoria los momentos más significativos de la radio para ella. Para cerrar nos expresa  con emoción, que está contenta con el avance de las nuevas tecnologías y de que la radio ahora se pueda escuchar sin dificultades y en cualquier lugar en el que estés. 

Recuperar la historia con la radio


Susana tiene 59 años. Desde un rincón de la escuela del Barrio San Martín donde trabaja hace más de 20 años, recuerda y relata su  experiencia con la radio en su niñez y juventud.

Susana recuerda que a fines de la década del 50  la radio ocupó un lugar muy importante en su infancia. Todavía no existía la televisión y este medio de comunicación reunía a toda la familia y comunidad. La emoción se apodera de ella cuando recuerda el aparato: “teníamos una radio a transitores que era muy grande y de madera, de esa madera fuerte, de antes, que ya no existe. Todavía se conserva en la casa de mi papá”.
Según relata la entrevistada la ciudad de Viedma en esa época tenía pocos habitantes y las radios que se escuchaban eran escasas. “En Viedma estaba LU 15, también se escuchaba LU2 de Bahía Blanca y LU20 de Trelew” recuerda. La radio local tenía un programa donde se leían dedicatorias: “Todas las familias acercábamos notas y después esperábamos el programa para escucharlas”.
También recuerda con alegría los programas en vivo que se realizaban los días sábados en las instalaciones del ex cine San Martín ubicado frente a la Legislatura. “Toda la gente de Viedma se concentraba allí”- recuerda Susana. “Los chicos esperábamos ansiosos los sábados porque te daban la posibilidad de participar y salir en vivo. En los barrios no quedaba ningún niño, todos estábamos reunidos en ese lugar.”
También Susana rememora aquellas tardes con su familia alrededor de la radio esperando las atrapantes historias con los protagonistas, el ambiente, los sonidos que quedaron grabados en su memoria.: “Una de las historias que más recuerdo la protagonizaba Carmiña. Su mamá había muerto y su madrasta la maltrataba. Yo me sentía identificada con esa novela porque en ese tiempo te trataban diferente, no era como ahora.”
Quizás su imaginación se potenciaba y le permitía viajar por recónditos mundos. La señora relata que Carmiña tenía una ardilla, era blanca, cuando se iba afuera ella la llamaba porque se subía a las copas de los árboles. Ella sentía que estaba allí subida a un árbol junto a la protagonista o sintiendo el sonido del viento y los pájaros.

Además las historias se replicaban en las veredas, en los almacenes, en algún encuentro casual con una vecina: - “¿Pudiste escuchar la novela hoy? -¡Qué nervios, qué pasará mañana? Recuerda las calles dormidas y silenciosas mientras las familias reunidas alrededor de la radio escuchaban las historias.

viernes, 18 de noviembre de 2016

Historias de la radio    Historias de la radio
Inés Luna: "Era un tesoro tener radio, era la compañía de la familia"

Inés Frantz de Luna nació el 27 de mayo de 1944 en colonia "La Luisa", Gral.Conesa. Conduce el programa radial más antiguo de la localidad llamado "Vivencias de mi pueblo" que se emite los sábados de 10 a 12 horas. Desde 1989 comenzó a recopilar la historia oral y escrita de la localidad a través de extensas charlas con antiguos pobladores. En 1996 fundó el periódico local "El puente" que continúa editando y ha difundido la historia del lugar en distintos medios escritos bajo el título de "Vivencias de mi gente".


En esta entrevista nos cuenta sus recuerdos de la infancia con la radio para finalmente llevarnos a sus orígenes como conductora de un programa radial que lleva en el aire más de  28 años consecutivos.

¿Cuándo era pequeña, escuchaba radio? ¿Qué recuerdos tiene de la radio en su infancia?
Yo era muy chiquita cuando mi papá compró la radio, tendría unos 5 o 6 años, esos son los recuerdos que tengo. A mi papá le gustaba mucho la música y a  mi mamá mucho las novelas. A pesar de ser una familia de escasos recursos la radio estaba. Era una radio grandotota que tenía un acumulador y se abastecía de un molinito y, si no había viento no cargaba. Cuidábamos mucho que no se descargara la batería. Mi madre solía apagar la radio para que no se termine la batería en  su horario sagrado, que eran las 3 tarde cuando emitían la novela de Javier Risso, de Bahía Blanca. Mi papá escuchaba los noticieros y como amaba la música, también escuchaba “La Glostora Tango Club”. Se escuchaban las emisoras nacionales como: Radio Belgrano y Radio Nacional.

¿Qué significaba tener una radio por ese entonces? ¿Cuál es el recuerdo más significativo que tiene en relación con la radio?
Tener una radio era un privilegio, los vecinos que no tenían radio hacían kilómetros para venir a escuchar algún evento especial como cuando hablaba un presidente.
El recuerdo más lindo que tengo es de las fechas patrias. Mi papá era alemán pero más argentino que el mate; era muy patriota por lo tanto en las fechas patrias nos hacía parar junto a la radio y cantar el himno nacional acompañándola. Era hermoso, desentonaba mucho pero era hermoso cómo todos cantábamos el himno un 25 de Mayo. Era la única manera de escuchar el himno. Mi papá cantaba con mucho patriotismo y ese sentimiento es lo que heredé de él. Tenía un gran sentido de pertenencia por Argentina habiendo venido de su tierra natal a los 13 años. La radio nos daba la oportunidad de escuchar la música típica, el tango el folclore, la buena música de esos tiempos. Nos hacía compañía.
¿Cuál fue la noticia que más la impactó escuchar de niña?
La noticia que más nos golpeó a todos fue la muerte de Eva Duarte de Perón. Evita era un sentimiento nacional; a pesar de la política, era una figura representativa, los chicos la queríamos mucho. Imagínate que éramos de hogares humildes, de zapatillas con los dedos afuera; por lo tanto; el significado que tuvo para nosotros recibir el primer juguete, la primera muñeca en nombre de Evita, era muy fuerte. Ella fue más allá de la política. Sentimos que habíamos perdido a alguien muy importante en nuestras vidas.
¿Tenía un programa radial favorito?
Mi programa favorito eran las radio novelas. Me gustaría mucho hacer una radionovela, es mi asignatura pendiente. Con mamá esperábamos las 3 de la tarde con mucho entusiasmo para escuchar las historias de amor. Era muy divertido cómo cada uno construía  cada personaje con su imaginación, la radio ayudaba a nuestra creatividad, el relator describía la protagonista pero nosotros la armábamos a nuestro parecer.
¿Cómo evolucionó su relación con la radio? ¿Cómo llegó de adulta a tener su programa radial “Vivencias”?
Yo fui madre de tiempo completo, hasta que mi hijo menor cumplió 13 años, ahí comenzó a sobrarme el tiempo. Tenía 43 años. Siempre fui medio metiche pero siempre ama de casa, a  mi marido no le gustaba que trabajara, eran esas ideas torcidas que tenía la gente de antes porque está muy bien trabajar.
Oscar Villarreal, que era un maestro y supervisor que vivía en la localidad, tenía un programa que se llamaba “Reliquias de mi pueblo” en Radio Municipal. Un día escuché que entrevistaba personas de Conesa; cuando dieron el número de teléfono, llamé desde el fijo de mi casa para ofrecerle la historia del Barrio Villa Arana, mi barrio. Entonces Oscar me dice: “¿quiere salir al aire?- “No!”-le respondí yo. “¿Y venir hasta acá?” -dijo él- “Mucho menos” –respondí yo-.” “¿Y si nosotros vamos a sus casa?” –insistió-. A lo que yo le respondí:  “desde mi fortín, lo que quiera”, era mi casa mi lugar seguro.
Oscar vino tres veces a casa por mis historias. La primera historia fue la de mi barrio pero hubo más para contar. Cada vez que yo le contaba algo el volvía a invitarme a ir a la radio, como yo continuaba negada, él se iba y en su programa decía: “…dice la señora Inés Luna….” Y relataba mis anécdotas. Todos los sábados Oscar tenía una historia mía para contar. Hasta que una vez me pregunta quienes eran mis padres, y ahí me di cuenta que tenía mucho para contar y que era yo en persona quién debía hacerlo.
Por lo tanto, ya algo más decidida a ir primero debía consultarlo con mi esposo e hijos. En la mesa les digo que Oscar insiste en que fuera a la radio y la verdad es que  yo estaba tentada, sentía mucha curiosidad, no tenía idea de cómo funcionaba o era una radio por dentro. Entonces pregunto y mi hijo me dice: “¡mamá! ¿A qué vas a ir, a pasar vergüenza?” Y mi hija me dice: “¿vos escuchaste a fulana hablar en radio?” Y yo le digo que sí. “¿Y no te animas a hacerlo mejor?”, me pregunta. “Si, seguramente hija!” le dije…_”Entonces andá mamá”, me dijo ella y mi marido no se opuso.
Fui ese sábado a la radio, muy tensa y nerviosa, veía el micrófono como un monstruo, empecé a contar cosas y la charla se fue dando, era la cuarta vez q me entrevistaba Oscar. A los 20 minutos me había enamorado de la radio. Entre nerviosa y salí segura, feliz. Me volvieron a invitar cada sábado y un día Oscar me dice que se iba de vacaciones por un mes y me propone quedar a cargo del programa por ese tiempo. Mi  condición fue que me acompañe “Guigui[1]”.  Entonces salí al aire sola.  Cuando finalizó el programa, me llamó Oscar para decir que había escuchado el programa y que salió hermoso. Me había hecho una trampa  para que yo me animara y él aun estaba en Conesa para escucharme. “No me equivoque Inés, la felicito” me dijo. Cuando regresó de ese mes de vacaciones volvió con la triste noticia de que se iba de Gral Conesa, fue así que me dejó el programa y me atreví a cambiar parte del nombre, pasó de ser Reliquias de mi pueblo a Vivencias, ya que considero que reliquias se queda solo con el pasado en cambio vivencias abarca pasado presente y futuro, que es de lo que habla el programa.

¿Qué le brindó la radio en estos años?
La radio me trajo mucho, lo que soy puertas afuera de mi casa me lo dio la radio por eso no la dejo; en marzo de 2017 cumpliremos 29 años consecutivos y no concibo un sábado sin el programa. Salimos al aire hasta en Enero porque no me tomo vacaciones.
Es el programa más antiguo de la General Conesa y además está declarado por la Legislatura Provincial como el Programa “Histórico cultural y radial”, más antiguo de Río Negro. La radio también  me llevó a escribir el periódico ya que vi que Conesa no tenia historia escrita, una pena, los pueblos que no conservan su historia no tienen rumbo.

Finalmente Inés, ¿Cómo ve la radio hoy, la podría comparar en algún aspecto con la de sus recuerdos de la infancia?
Ahora hay muchas radios es maravilloso podes elegir, tener audiencias variadas, hay para todos los gustos y eso es hermoso.
Antes, la  radio era todo, su importancia la sabemos quienes vivimos esas épocas. Ese sentimiento tan especial que produce, era lo único que había para entretenernos en la chacra, los domingos no había futbol. A la tardecita mi papa subía el volumen cuando carpíamos los surcos, la sacaba afuera para que escuchemos mientras trabajábamos, era la alegría de la casa, era algo muy importante, era más importante que hoy el televisor
Era un tesoro tener la radio, no era fácil, no cualquiera podía tenerla entonces la disfrutabas más.




[1] “Guigui” era el sobrenombre del señor Sabino Kucich quien trabajó en los controles de Radio Municipal.

La radio en la juventud de la década del 50'

Elina González: “La radio para mí fue una compañía indiscutible”


Elina González, alumna del Centro de estudiantes para Jóvenes y Adultos del Balneario Playas Doradas, relata en esta entrevista lo que ha significado la radio en su vida, a lo largo de sus 67 años.Proveniente de San Martín de los Andes, decide establecer su vida en el balneario hace 5 años, lugar al que apuesta convincentemente.Nacida y criada en Bolívar, provincia de Buenos Aires, lugar que le ha dejado grandes historias y recuerdos.








-¿Recordas cuál fue la primera radio que escuchaste? ¿Qué recuerdos te trae a la mente?

Si, Radio Colonia, de Uruguay era la que se escuchaba en mi casa en el momento de mi infancia. Mi familia vivía en el campo y recuerdo que el país estaba pasando por un momento revolucionario.

-¿En qué lugar de la casa ubicaban la radio?

En el comedor, arriba de, lo que en aquella época se llamaba “trinchante”, era un mueble de dos estantes, estaba bien alejado de las manitos nuestras, ya que en casa quienes tenían el control de la radio eran mis padres. 

-¿Con quienes escuchaba?

Generalmente, mis padres eran quienes la escuchaban, con mis hermanos solo le dábamos atención cuando pasaban alguna música de nuestro interés. Mi mamá seguía un radioteatro.

-¿En ese momento, que sensaciones les ocasionaba la radio?

Recuerdo que mi papá sentía mucha preocupación cada vez que la escuchaba, y era debido al momento que atravesaba la Argentina. Estamos hablando del año 55’. Mi mamá en cambio, se entusiasmaba mucho con la radioteatro, ya que era romántico, historias de Heidi, por ejemplo.

-¿En qué momento del día se escuchaba la radio?

Por la mañana, al llegar el almuerzo se apaga; a la tarde mi mamá escuchaba su radioteatro y al llegar la noche mi papá escuchaba su programación, donde generalmente se informaba de lo que acontecía.

-¿Qué piensa usted que le ha enseñado la radio?

La radio para mí fue una compañía indiscutible. A pesar de que había televisión en mi juventud, era un clásico llegar a mi casa y prender la radio. Me enteraba de todo lo que pasaba en la ciudad, en el país y en el mundo.

-Respecto al gobierno de ese momento, ¿Se escuchaban mensajes provenientes del mismo? ¿Recuerda alguno que pueda comentarnos?

Si, eran los famosos comunicados radiales. Recuerdo que cuando asumió el último gobierno de facto eran constantes los mensajes, interrumpían la programación del momento “Comunicado N° 1…”, “Comunicado N° 2 de la Junta….”. Eran bastante continuos y eran, a veces, de temer. Recuerdo que en todas las radios los pasaban, entonces eran inevitables no escucharlos.

-¿A través de la radio, usted pudo conocer noticias sobre el país? ¿Le permitió conocer otras culturas? ¿Cuáles?

En mi juventud solo conocíamos lo que el gobierno quería, ya que después con el tiempo, nos dimos cuenta que lo que nos enterábamos no era realmente lo que sucedía. Como sucedió con la guerra de Malvinas: “vamos ganando” y resulta que la realidad era otra, cuántos jóvenes fallecieron y cuantos cosas pasaron que no supimos por palabras del gobierno.
Ahora, sigo escuchando mucha radio, me engancho con entrevistas interesantes. Enciendo la radio  y realizo todas las tareas de mi casa sin perder la atención, considero que sigue siendo una compañía, mucho más que la televisión, sin lugar a dudas.

Radio de la década del 50'


Indiscutiblemente, la radio ha generado un gran impacto social desde sus comienzos, recorriendo cada sector de la población, llegando a todos los rincones sociales. Como medio de comunicación posee la habilidad de crear conciencia y generar auto-crítica en las persona.