miércoles, 18 de noviembre de 2015



 Elvira Shuind de Eugster


Una vecina de Viedma que  se define como “un animal de radio”

Por Carolina Vega

En la intimidad de su hogar, Elvira nos cuenta cómo nació su pasión por la radio cuando en sus años de niñez y adolescencia, hacia los años 50 y 60, vivía en José Casás, en el partido de Patagones, provincia de Buenos Aires.  En un emotivo viaje nos guía hasta los tiempos en los que la radio cumplía una función social y cultural que iba más allá de informar y entretener.  Con personalísimas afirmaciones reclama a los medios actuales que cumplan el papel de formadores culturales que la radio tenía entonces.


¿Cómo era la vida en José Casás en las décadas de los 50 y 60?

Vivíamos en un lugar agrícola-ganadero. Yo era de una familia de colonos así que éramos una familia humilde. Ibamos  en sulky a la escuela del pueblo que quedaba a siete (7) kilómetros de distancia. Era una vida linda de mucho contacto familiar. El pueblito era de muy poco habitantes, pero de la Colonia nos reuníamos alrededor de 60, 70 alumnos. Teníamos una sola maestra rural que atendía los siete grado. Eramos todos una familia, éramos de una comunidad. La mayoría eran hijos de extranjeros.  Yo soy nieta de alemanes. Tuve una hermosa infancia, de mucho respeto. Los domingos eran de visitas de familia. Nos dedicábamos a ir a ver a los abuelos. Era sagrado ir a comer con los abuelos. 

¿Cuáles eran por esos años las formas de comunicación que ustedes tenían a disposición en Casás?¿Cómo se comunicaban con el resto del país?

Nos informábamos por la radio y por los diarios que llegaban una vez por semana en el tren que venía desde Buenos Aires hacia San Antonio Oeste.  En el tren venía un vendedor al que le decían “el que vende revistas” y traía los diarios  La Nación, La Razón  en ese tiempo y alguna revistita para la escuela como por ejemplo el Billiken.  Y después la información más generalizada era por la radio que nos tenía contactados con el resto del mundo porque la verdad que nada que ver como ahora con las redes sociales y todo lo que hay. Igual, actualmente con todas las comodidades y todo lo que tengo, para mí la radio es importantísima. Yo soy un animal de radio.

¿Qué se escuchaba? ¿Se acuerda de algún programa que tenga presente en este momento?

Se escuchaban programas familiares.  Cuando estábamos en la casa, a la noche  prendíamos la radio que se abastecía con una batería común de 12 volts.  Escuchábamos con mi papá, mi mamá y los hermanos un programa que se llamaba “Los Pérez García”, después escuchábamos el “Glostora Tango Club” que era en vivo. Estaban Darienzo, Varela, De Ángelis y tocaban en vivo en radio “El Mundo” de Buenos Aires.  Escuchábamos las emisoras de Buenos Aires porque en ese tiempo no existían las FM.  Eran las radios de Buenos Aires, y eso a pesar  de que estábamos tan distantes nos mantenía informados. Nosotros escuchábamos por esas emisoras contecimientos notables, por ejemplo la muerte de Evita. Nosotros escuchamos por la radio cuando murió Evita...

Cuéntenos como fue esa situación.  ¿La tiene presente?

Si, totalmente.  Era un día de julio lluvioso, feo,  muy feo. Estábamos en la casa en el campo y yo creo que eran hacia las 20, alrededor de 20:15,  no estoy segura.  Dijo la radio “murió Evita” y en nuestra casa fue un día de duelo  porque era un personaje importantísimo más allá de las ideologías políticas. Evita era un personaje conocido. Yo no tenía todavía cinco años y  la tengo totalmente presente porque era un personaje del que uno escuchaba hablar.  Evita era un personaje destacado. Yo  recuerdo que los días de Reyes y en las Navidades,  ella nos hacía llegar cosas. No la conocíamos más que por fotos porque imágenes televisivas no teníamos. Esa noticia lamentable de Evita nos llegó por la radio y así seguimos después todo el proceso de los  días de duelo que hubo en el país.

Y es consciente de que como ustedes el resto del país vivía esa experiencia al mismo tiempo.

Todos. Después ya cuando yo comencé la escuela primaria porque en esa época no había jardín de infantes, nos comentábamos entre nosotros lo que escuchabamos en la radio.  La diferencia estaba en que se conservaba y se respetaba mucho más el vocabulario que ahora.  Y a nosotros, nos servía eso para pulir nuestro propio vocabulario porque nosotros la radio la usábamos como una especie de aprendizaje.

¿La radio era un medio formador dice usted?

Si. Totalmente. Nosotros incluso en las fechas patrias escuchábamos toda una reseña que hacían con lo relativo a ese día que se celebraba.  Para  nosotros era como un complemento incluso para la escuela porque no teníamos otra forma de recibir instrucción. Ahora a lo mejor es más fácil meterse en internet y conseguir alguna información.La radio era importantísima.  Me acuerdo de esas épocas que había señores locutores  como Cacho Fontana, Antonio Carrizo. Te estoy hablando de radio “El Mundo”. Los domingos escuchábamos una emisora de Bahía Blanca que estaba a las 10 de la mañana.  Era un programa al que iban músicos en vivo. Solía ir gente de nuestra zona a actual en vivo y nosotros los escuchábamos. No los veíamos pero nos conformábamos con escucharlos porque, incluso, a veces era gente conocida.

¿O sea que además de ser un medio formador, la radio de entonces era un medio de promoción cultural?

Si, y se conservaba y se cuidaba mucho el estilo, la forma de hablar, la forma de expresarse, la formas de hilbanar las frases. Yo añoro  esa época. 

¿Nota la diferencia con la actualidad?

Si. Noto mucho la diferencia. Por eso no acepto muchas veces ese vocabulario soez que se escucha en la televisión. Yo no soy partidaria de eso. Para mí el medio de comunicación tiene que ser instructivo y tiene que ser una forma de ayudar a alguien, que a lo mejor no tiene otra posibilidad de mejorar su forma de expresarse, a aprender.  Tiene que ser una escuela. No corromper lo poco bueno que nos queda.

Por lo que dice, entonces, ¿considera que los medios amplían nuestra percepción del mundo?

Si. También me gusta ahora ver cuando pasan información de otros países porque siempre lo relaciono, vuelve otra vez al tema de la radio. Lo que pasaba es que la radio era prestar el oído, se apelaba a la imaginación. Ahora uno lo acompaña con la imágen que en ese tiempo no teníamos. Ahora yo miro incluso programas que pasan del exterior, internacionales.  A mí me gusta estar saber lo que está pasando en el mundo también. 

¿Usted nota un deterioro?

Si. Para mí se ha perdido mucho el cuidado de la expresión.

¿De las formas dice usted?

Si, para mí si. Siendo una persona de casi 70 años creo que hay momentos para decir ciertas palabras pero no es al aire para que las escuche cualquiera.  A mí me gusta conservar la formas y el respeto y que si uno está sentado con un hijo o con un nieto que se escuche algo que mantenga la forma que uno quiere mantener en la casa. A mí me gusta mucho  la radio, es lo más informativo, incluso hasta más inmediato. La radio para mí es lo que llega a los lugares más insólitos, uno no tiene idea a donde llega la palabra de una emisora de radio, ni las mismas personas que trabajan en la radio pueden saber a donde llega.







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