Servir a los más pequeños es un
sueño grande
La
iglesia Cristo es la Solución es pastoreada por Miguel y Juana Flores, y
se encuentra ubicada en la calle Dorrego
y Bernal del barrio Sargento Cabral. Ambos provienen de la ciudad de Esquel y
como matrimonio trabajan en conjunto desde su arribo a la ciudad de Viedma hace
aproximadamente quince años. Desde entonces brindan un desayuno a niños de los
barrios de la periferia de la ciudad capitalina.
Visitamos
la congregación para reconocer la
actividad tan particular que llevan a cabo. Si bien hay muchas más iglesias en la comarca que
cumplen una tarea social digna de ser destacada, nos referimos a la
congregación citada meramente por ser, uno de nosotros, partícipe de una de las
tareas que se lleva adelante poco más de una década. La Hora Felíz funciona
los domingos por un espacio de dos horas. La entrevistada y responsable de tal
espacio es la pastora Juana de Flores. Consultada por los recursos con los
cuales sostiene la actividad, ella sostuvo que lo hace con recursos propios y
con el apoyo de sus colaboradores que
aportan al espacio creado hace ya más de una década. En relación al
trabajo que desarrollan, por el momento solo consiste en brindarles a los pequeños
un desayuno complementado con juego y la introducción a la lectura de la biblia.
Esos niños son los que luego asisten a la iglesia con sus padres, en el horario
de reunión. “Aunque en la actualidad se ha incrementado el trabajo debido a la
concurrencia de muchos niños de los barrios de la periferia y con la dificultad
de no conocer nada de ellos porque no congregan, lo que facilitaría nuestra
labor, hay que reconocer que los domingos se han transformado más que un punto
de encuentro para jugar y compartir. Ya
la demanda requiere otro tipo de ayuda y no se trata solamente enseñarle a leer
o escribir a los que presentan esa dificultad. Hay un compromiso más fuerte que
pasa por hacerse cargo de la realidad que nos atraviesa a todos, y con la
realidad con la que los niños llegan desde afuera, desde sus hogares y desde
nuestro humilde lugar intentamos ayudar” sostiene Juana. Ella reconoce además
que, cuando la violencia que impera en gran parte de la sociedad y recae en los
hogares, los más vulnerables siempre suelen ser los niños o las madres. Allí la
iglesia suele aparecer para acompañar o asistir a las familias en riesgo sin
entorpecer el obrar de la justicia. La iglesia suele ser el apoyo moral de
quien este atravesado por una situación de tal magnitud reservándose el derecho
a intervenir sin el consentimiento de los protagonistas en cuestión.
Como mencionamos con anterioridad la
entrevista fue para informar, dar a conocer
y reconocer la obra que se está llevando a cabo. Y resaltamos una de las
frases que la entrevistada dijo cuando hizo alusión a su labor: “el trabajar es
para nosotros es una satisfacción enorme y estar con los niños es aún más
gratificante todavía. Como pastores es un placer servir a la ciudad de Viedma y
a eso hemos venido”.
Nazareno Catrín y José Rivero.
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